Hoy es 12 de junio de 2024.
Venga, ya que esta semana estoy con estos temas de clientes, quiero comentarte el contrapunto de lo sucedido ayer.
Ayer ya te comenté que tuve una experiencia desagradable con una clienta, hasta el punto de decirle que no voy a seguir llevando su proceso de desahucio.
Bien, pues hoy te quería comentar cómo se pueden hacer las cosas pero de forma educada.
Ya te he hablado muchas veces de uno de los procesos de desahucio que estoy llevando en Estepona.
Es un proceso que está siendo duro para el propietario y su familia, pues esta semana se han cumplido dos años de proceso. Un proceso que ha pillado de todo. Se ha suspendido dos veces el juicio por huelgas de funcionarios de justicia; se opuso el inquilino a la demanda; hubo juicio; etc.
Pero sobre todo, es el típico proceso de desahucio en el que el abogado contrario está recurriendo absolutamente todo.
Por tanto, es un proceso que está tardando bastante.
Pues bien, me consta que la madre de mi cliente está yendo bastante al juzgado para preguntar por el asunto, para que se tramiten los escritos lo más rápido posible.
Pero no solo eso, sino que además, la madre de mi cliente me estuvo tratando de localizar ayer a toda costa para hablar conmigo.
Y cuando me localizó me dejó clarísimas sus intenciones.
Necesitan a toda costas que el proceso avance lo más rápido posible. Ello supone que el juzgado actúe lo más rápido posible, de lo que se está encargando ella fantásticamente, pero me exigió a mí celeridad máxima.
Incluso me exigió que respondiese al escrito que me iba a mandar el juzgado en el mismo día que lo iba a recibir yo, sin consumir los cinco días de plazo.
¿Y mi respuesta cuál fue?.
Pues evidentemente le dije que contase conmigo. Que por supuesto que yo podía priorizar ese escrito y tenerlo ipso facto. Y de hecho ya está presentado.
Pero eso es empatía, y no como la clienta de ayer.
Y es que la madre de mi cliente de Estepona me exigió. no me pidió, sino que me exigió. pero lo hizo desde la educación, y pidiéndolo por favor. Haciendo alusión al calvario que estaba pasando su hijo por no poder disponer de su vivienda.
Así que bueno, ayer una de cal y hoy, pese a que se trata de una clienta exigente, una de arena porque así da gusto trabajar.