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Hoy es 11 de octubre de 2022 y he tenido un desahucio en la calle Nicolasa Fernández, en Madrid.

En el mes de julio de 2021 puse una demanda como abogado de desahucio en Madrid.

En aquél momento los inquilinos ya debían demasiado dinero. Casi 3.00 euros, fruto de pagar de forma salpicada en los últimos ocho meses.

La renta mensual eran 595 euros.

Juzgado muy lento

Este ha sido uno de esos desahucios que si hubiera caído en un juzgado que no fuera lento, habría tardado unos cinco o seis meses nada más.

Pero, amigo mío, estamos hablando de Collado Villalba, y ahí las cosas van a su ritmo.

Ha sido un proceso que no ha tenido ninguna complicación (no se han opuesto a la demanda, no han pedido que se suspenda el proceso por estar en situación de vulnerabilidad, etc), y aún así el proceso ha tardado quince meses.

Y es que resulta que lo que más tiempo se ha llevado ha sido la notificación de la demanda, con diferencia.

En este caso, como siempre hago, el primer intento de notificar la demanda no lo he dejado en manos del juzgado, sino que lo hizo mi procurador.

No logró notificar la demanda porque no había nadie en la casa, así que dejó aviso debajo de la puerta.

Pero nadie fue a recoger la documentación al juzgado.

Luego el juzgado hizo una averiguación de domicilios de los inquilinos, y aparecieron tres domicilios, y hubo que intentar notificar en todos ellos, uno por uno, pese a que pedí que no se hiciera y que se notificase en el BOE.

Finalmente, al no poder notificar la demanda en ningún domicilio, el juzgado accedió a notificar la demanda en el BOE.

Así que, por resumir, las notificaciones se comieron diez meses de proceso.

Una vez que se notificó la demanda, pasaron diez días y, como era de esperar (porque ni siquiera se enteraron de que habían sido demandados) no se opusieron a la demanda.

Después el juzgado fijó fecha para el lanzamiento

El lanzamiento

El desahucio o lanzamiento se ha producido hoy.

Y ha sido todo un éxito, ya que no estaban los inquilinos y, por tanto, se ha esfumado cualquier riesgo de que se suspendiera.

Y es que he de reconocerlo. Siempre que hay un lanzamiento no respiro tranquilo hasta que hablo con el cliente y me dice que todo ha salido bien.

Quince meses después de poner la demanda, los inquilinos deben alrededor de 12.000 euros, así que ahora toca poner la demanda ejecutiva para embargar a los inquilinos.

Puede que tengamos éxito o puede que no, pero lo que está claro es que el embargo lo van a tener encima de la cabeza hasta que paguen.