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Hoy es 12 de enero de 2024 y lo más destacado del día se fraguó en la tarde de ayer cuando regresaba de Madrid en el tren.

Hacía un par de días una persona había contactado conmigo para ver si me podía hacer cargo de dos desahucios.

En concreto eran dos procesos de desahucio por precario que ya estaban iniciados desde hacía tiempo. Estos procesos son desahucios de tipo verbal según nos dice el artículo 250.1.2 de la ley de enjuiciamiento civil.

Proceso de desahucio por precario 1

Se trata de un caso en el que se metieron okupas en una vivienda y el propietario puso una demanda de desahucio por precario contra los ignorados ocupantes.

Posteriormente (una vez en marcha el proceso de desahucio) mi cliente compró esa vivienda.

Y lo que quería mi cliente es ver qué tenía que hacer para recuperar la vivienda.

Y lo que hay que hacer es una sucesión procesal, es decir, que al haber comprado él la vivienda objeto del pleito, hay que solicitar al juzgado que se considere a mi cliente como nuevo demandante, saliendo del pleito en anterior propietario.

Y eso es lo que se fraguó ayer en el tren, es decir, varios mensajes e emails, elaboración de las condiciones de contratación, análisis de la documentación, etc.

Y esta mañana he dejado presentado el escrito por el que solicitamos convertirnos en la parte demandante.

Proceso de desahucio por precario 2

Es el mismo caso, es decir, el mismo propietario ha vendido también esta vivienda a mi cliente, por lo que hay que mandar otro escrito solicitando la sucesión procesal.

La diferencia es que en el caso anterior el proceso está prácticamente en la mitad, y en este segundo caso ya se ganó la sentencia y la parte contraria recurrió, y queda poco para que salga la sentencia de la segunda instancia. Así que este segundo caso no lo contabilizo a nivel interno como una demanda, pues apenas le queda nada.

Así que este proceso está casi terminado y, una vez que acabe (si nos han dado la razón) habrá que poner la demanda ejecutiva para que se haga el desahucio.